viernes, 15 de julio de 2011

PRECURSORES DE LA INDEPENDENCIA

PRECURSORES DE LA INDEPENDENCIA
JOSE OLAYA BALANDRA


José Olaya y Balandra fue un humilde pescador que nació en Lima, en el barrio de Chorrillos.

Cuando José Olaya nació, el Perú estaba gobernado por España. Pero un tiempo después, el general San Martín llegó al Perú y proclamó la independencia de nuestra patria.

Gracias a su trabajo, José Olaya podía llevar pescado a las naves de la escuadra libertadora que bloqueaban el Callao. Seguramente ahí conoció la causa patriótica y decidió dedicarse a ella, pues siempre mostró sentimientos contrarios al dominio español.
En 1823, los españoles ocuparon Lima y los patriotas se refugiaron en los castillos del Real Felipe del Callao. Entonces Olaya sirvió de enlace entre los patriotas del Callao y el Ejército Peruano acantonado en Chorrillos. Gracias a Olaya, los patriotas podían conocer el estado de las fuerzas de ocupación, el armamento que tenían y otros datos de importancia.

José Olaya, burlando la vigilancia realista, llevaba los mensajes del Callao a Chorrillos.
A veces hacía el trayecto a nado, otras veces en caballitos de totora y otras a pie.
Pero un día del mes de junio de 1823, los españoles descubrieron a Olaya y trataron de arrancarle los mensajes. Primero le hicieron grandes promesas, pero él no traicionó a los patriotas. Luego lo amenazaron y le aplicaron torturas. Nada de ello lo convenció. Finalmente el 29 de junio, fue fusilado en la Plaza Mayor de Lima, en el pasaje que hoy lleva su nombre. Antes de ser fusilado exclamó: "¡Si mil vidas tuviera, gustoso las daría antes de traicionar a mi patria!".


Heroína de la Independencia

María Parado de Bellido nació en Huamanga, Ayacucho, el 5 de julio de 1777.

Sus padres fueron don Fernando Parado, criollo residente en esa ciudad y una humilde indígena.  Creció en las alturas de Huamanga sin recibir instrucción.
A la edad de 15 años contrajo matrimonio con don Mariano Bellido, hombre dedicado a los negocios entre Huamanga, Cusco y La Paz; formando una familia unida y feliz con los siete hijos que tuvieron: Gregoria, Andrea, Mariano, Tomás, María, Leandra y Bartola.

Con la llegada al Perú de la fuerza multinacional independentista, las tropas realistas se replegaron hacia el interior del país. En la ciudad de Huamanga, el general Carratalá había establecido una plaza fuerte pero ésto no impidió la formación continua de fuerzas patriotas, una de las cuales se hallaba en el distrito de Parás, perteneciente a la provincia de Cangallo, a órdenes de Cayetano Quiroz.

A estas fuerzas guerrilleras se suma el esposo de María Parado, don Mariano Bellido, desempeñándose como receptor de correos.

A su vez, su hijo Tomás, se unió al grupo patriota que comandaba el general Arenales, a su paso por Huamanga en 1820.  Luego de un año sin tener noticias de su hijo y deseosa de evitarle peligros a éste, María envió a sus hijas Gregoria y Andrea al pueblo de Cangallo con la misión de rescatarlo, enviando para tal caso 500 pesos al jefe de la guarnición.

El jefe Quiroz no tuvo inconveniente en devolver el hijo a la madre, pero antes llamó a éste a su presencia para comunicarle la petición de María Parado. Tomás Bellido, con gesto patriótico, se negó a volver al hogar antes de ver triunfante la bandera de la libertad y aconsejó a su jefe la aceptación del dinero para el servicio de la causa.

Al saber la actitud de su hijo, la Bellido, admirada y entusiasmada, trabajó desde ese día en favor de la causa libertadora. De esta forma, comenzó a informar al ejército patriota de los desplazamientos y podería bélico realistas, por medio de cartas a su esposo. Como era analfabeta, sólo firmaba las cartas que dictaba a don Matías La Madrid, su compadre y secretario de la intendencia de Huamanga. De este modo ayudó a los patriotas a planificar mejor sus ataques, causando la desesperación de los realistas.

Es así que en un enfrentamiento entre patriotas y realistas, al revisar las ropas de un patriota caído, los soldados españoles encontraron una carta dirigida desde Huamanga, donde se daba cuenta de secretos militares de los realistas.

Se determinó que la autora de la carta era María Parado de Bellido, razón por la cual el 24 de marzo de 1822 es apresada y presentada ante el general Carratalá.

Fue sometida a las más inhumanas torturas. Como la letra de la carta era diferente de la firma, Carratalá quiso descubrir quién era el redactor y ofreció salvarle la vida a María, si delataba a sus cómplices y revelaba los secretos de los insurgentes, pero esta valerosa mujer se negó a tan ruin acción y escogió la muerte, sabiendo que con ella dejaba en la orfandad a sus menores hijos.

Ante su mutismo, fue condenada a enfrentar un pelotón de fusilamiento, programando su ejecución en La Pampa del Arco.

Fusilamiento de María Parado de Bellido 


Para trasladarse al lugar donde debía efectuarse su sacrificio, la obligaron a dar una vuelta a la plaza principal, en donde en cada esquina, un emisario leía en voz alta, la orden de muerte por alta traición. Más esta inigualable mujer, no se alteró en ningún momento, y dirigiéndose altivamente a sus verdugos les decía: "No estoy aquí para informarles a ustedes, sino para sacrificarme por la causa de la libertad".

María Parado de Bellido fue fusilada en la Plaza de Armas de Ayacucho, el 27 de marzo de 1822, su cadáver fue trasladado al templo de La Merced, donde se le dio sepultura.


JUAN PABLO VISCARDO Y GUZMÁN, EL PRECURSOR

        Desterrado de su país de origen, privado de su patrimonio personal y condenado a ser un extranjero por el resto de sus días, Juan Pablo Viscardo y Guzmán logró sobreponerse a su destino y dejarnos uno de los más esclarecedores y profundos alegatos acerca de nuestra identidad. Alegato nacido de la pluma y el talento infatigable de un hombre que vivió pensando en su patria hasta el último día de su vida.

La historia de la humanidad es pródiga lamentablemente en casos de iniquidad y arbitrariedad extremas, pero el caso de Juan Pablo Viscardo y Guzmán, cala en lo más profundo de nuestro ser por cuanto este insigne intelectual arequipeño, con tenacidad y auténtico amor por la patria, supo contrarrestar un designio que lo condenaba al ostracismo, y producir una obra que lo sitúa dos siglos después de su muerte, para admiración de todos, en el centro del debate ideológico de su época.
 

Había nacido el 26 de junio de 1748 en Pampacolca, aldea cercana al nevado del Coropuna (Arequipa). Tenía 15 años cuando hizo votos estando en el Colegio Real de San Bernardo en el Cusco, colegio que era en ese entonces destino común de los hijos de la aristocracia de la región surandina. Sería precisamente en el Cusco donde iniciaría su interés por los destinos del Perú y la emancipación de la Corona.

Cuando en 1767 aún no había cumplido los 20 años, Juan Pablo Viscardo y Guzmán al igual que su hermano Anselmo y otros 442 jesuitas que formaban parte de la Orden en el Perú, fueron expulsados del país. La Cédula firmada por Carlos III, no sólo disponía la expulsión de la Orden de nuestro continente, también les prohibía a sus miembros, bajo amenaza de muerte, que retornaran al Perú. Además daba por terminada cualquier forma de comunicación con los suyos y los conminaba a renunciar a los bienes que por derecho propio les correspondían.

LA DIÁSPORA

Fueron embarcados hacia el puerto de Cádiz (España), desde donde los enviaron a Viscardo y su hermano a Massacarrara, cerca de Liorna (Italia), punto inicial de lo que sería su destierro perpetuo.

A partir de entonces, vivirían casi como indigentes quienes habían pertenecido a una familia acomodada, serían apátridas por arbitraria y oprobiosa decisión de la Corona, permanecerían siempre bajo sospecha y teniéndose que ocultar del omnímodo poder de los borbones. Tanto él como su hermano adoptaron nuevos nombres, Juan Pablo pasó a ser así Paolo Rossi y Anselmo, Antonio Valessi.

Estos años de destierro no fueron improductivos, se abocó con obsesivo afán a su tarea de lograr la independencia del Perú, que para él no era ya tan sólo su emancipación del yugo colonial, sino recuperar la patria perdida.

Con ese propósito le envía cartas a John Udnay, cónsul inglés en Liorna, proponiéndole la conformación de una expedición inglesa. Su inteligencia y particular análisis, lo llevaron a concebir este plan a través de Inglaterra, ya que los demás países europeos se encontraban inmersos en su propia estrategia geopolítica. Finalmente, y para explicarse mejor, decide acudir personalmente a Londres.

EN LONDRES

Según se ha documentado, Viscardo vivió en Londres en dos épocas, la primera de 1782 a 1784, y la segunda desde 1791 hasta su muerte, ocurrida en la capital inglesa el 10 de febrero de 1798, cuando estaba próximo a cumplir 50 años. Recientemente, el historiador Teodoro Hampe Martínez logró ubicar el lugar en el cual vivió el ilustre pensador, en la actualidad funciona allí un banco (esquina de Baker Street y Marylebone Road). Estos importantes datos fueron descubiertos por Teodoro Hampe al tener acceso a las anotaciones del entonces ministro plenipotenciario de Estados Unidos, Rufus King, diplomático con quien Viscardo tuvo una gran amistad y a quien le entregó sus escritos al advertir que su salud era cada vez más precaria. A la muerte de Viscardo, Rufus King los puso en manos del patriota venezolano Francisco de Miranda, quien llegó algunos años después a vivir en Londres, y quien no duda un instante en publicarlos. Así, la famosa Carta a los españoles americanos inicia un recorrido por el mundo, dándole a su autor la fama y el prestigio que la vida le negó.

REPRESENTACIÓN DE LOS PRECURSORES DE LA INDEPENDENCIA
POR LOS QUINTO A, B Y SEXTO GRADO


Personajes de la cultura Preinca, Inca y José Olaya

Patricia Vasquez Ajajavi como María Parado de Bellido se niega a delatar a la persona que le escribía las cartas.

María Parado de Bellido escucha su sentencia

Ante su mutismo, fue condenada a enfrentar un pelotón de fusilamiento, programando su ejecución en La Pampa del Arco

Joel Lozano representando a José Olaya

Alumnos del 5to y 6to de primaria representando a grandes personajes de la historia del Perú

Andrea Sánchez representando a la Señora de Cao a : una gobernante de la cultura mochica


Mathew Godoy representando al Inca
 
Andrea Zapata como la Colla, la esposa del Inca

Angel Soto como el cura que trajo la religión católica al Perú

Diego Pezán representando a Tupac Amaru II
 
Piero Cerquera como Juan Pablo Vizcardo y Guzman

Brigitte Avila

Patricia Vasquez como María Parado de Bellido

Alejandro Garboza como un montonero

Enrique Serpa como José Olaya

Bruno Pisani como Don José de San Martín

Sebastian Avendano como Simón Bolívar

Frank Yauri como Alan García

Boris Oscco como Ollanta

Marinera nortena a cargo de Ivannah Salas y Patricio Hartmann

Samantha Perez cantando una canción a la Patria

Joel Lozano y Mariana Minaya bailando una marinera


Profesor Mario Pomasoncco y sus alumnos

Foto grupal: De izquierda a derecha Mario Pomasoncco (tutor del 5to B), Directoras: Amanda Lezameta Barrantes y Elena Medina Lezameta, Prof. Filomón Condor (tutor del 5to A) y el Profesor Luis Lévano (tutor del 6to grado)





2 comentarios:

  1. Que bonito eso fue el añoooo pasado me gusta :)

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  2. acho muito bonito e admirável isso de que a cultura dos antepassados e a história de vocês são passadas e contadas as crianças... a cultura é muito importante e não deve ser esquecida.

    Me parece muy hermoso y maravilloso que la cultura de sus antepaçados y la historia son pasadas y cuentadas a los niños ... la cultura es muy importante y no debe ser olvidada.

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